Técnicas para controlar la ansiedad durante los exámenes

 

 

Al menos el 50% de los alumnos no sabe gestionar su ansiedad frente a los exámenes . Tomar consciencia de su importancia y aplicar ciertas técnicas para controla la ansiedad en los exámenes como son respetar las horas de sueño y practicar ejercicios de relajación, pueden ayudar mucho.

 

Hay muchos pensamientos que desencadenan la ansiedad antes y durante los exámenes. El miedo a quedarse en blanco, el temor a decepcionar a los padres o el simple pensamiento de que todos los estudiantes del aula saben más que uno mismo. La ansiedad aparece sin avisar, puede generar calambres, dolor de estómago o sudores fríos y bloquear la mente.

La ansiedad es un estado en el que aparecen sentimientos de aprensión, incertidumbre y tensión por anticipar una amenaza real o imaginaria. La ansiedad continuada puede impedir al estudiante alcanzar los objetivos que se propone. Estudiar, ir al examen y aprobar se convierten en obstáculos insalvables.

¿Cómo se puede identificar? Hay síntomas que son fácilmente observables: nerviosismo intenso desde el punto de vista fisiológico (palpitaciones, tensión muscular o incremento de la sudoración); aceleración del pensamiento; anticipación de futuros fracasos; bloqueo (que en ocasiones puede provocar que el estudiante no quiera acudir al aula); problemas para conciliar el sueño; trastornos estomacales o mayor irritabilidad.

 

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La ansiedad dificulta el almacenamiento y la organización de la información

Aunque todavía no existe ningún estudio que haya demostrado una relación directa entre la ansiedad y la obtención de peores resultados académicos, lo que sí está claro es que dificulta el almacenamiento y la organización de la información y la recuperación de ese material, apunta el profesor Joaquín Álvarez.

La ansiedad no solo afecta al rendimiento académico, también puede causar problemas de salud: la depresión del sistema inmunitario o la vulnerabilidad del organismo ante las enfermedades son algunas de las consecuencias.

Para tratar de prevenir y hacer frente a esta dolencia, hay una serie de técnicas que pueden ser de utilidad, aunque los expertos recomiendan consultar a un especialista para obtener un diagnóstico y un plan de acción.

  • No alterar el ritmo de sueño: dormir poco y mal desestabiliza el estado físico y mental. Es fundamental no modificar las horas de acostarse y levantarse, seguir el horario habitual de sueño de entre siete y ocho horas al día y no echarse siestas de más de media hora. Quedarse parte de la noche tratando de asimilar todos los contenidos que han quedado pendientes no es una buena opción, el cansancio aumenta las posibilidades de sufrir ansiedad y bloqueo mental.

 

  • Planificar el ocio: muchas horas de estudio no equivalen a mejores resultados. Si no aprendemos a descansar y a relajarnos, somos presa fácil de la ansiedad. Para sentirse bien y rendir al máximo es necesario intercalar el trabajo con actividades de ocio que permitan desconectar y descargar tensiones. Respetar nuestras necesidades y equilibrio es clave, planificar nuestro tiempo de ocio nos ayudará a aprovechar mejor las horas de estudio sabiendo de antemano que tenemos una recompensa.

 

  • Controlar los pensamientos: pensamientos negativos como “nunca aprobaré esta asignatura”, “no valgo” o “soy un desastre”, entre otros, son los que generan lecturas erróneas de la realidad, que empeoren los síntomas físicos y hacen que el estudiante se paralice. Es muy importante aprender a identificar esos pensamientos (que todos tenemos en mayor o menor medida) y a desmontarlos con una respuesta positiva. El estudiante debe decirse a sí mismo ‘yo ya he pasado por situaciones parecidas antes y he salido victorioso. Me he preparado lo suficiente y lo voy a hacer bien”.

 

  •  Practicar ejercicios de relajación: abordar la ansiedad con técnicas de relajación es aconsejable tanto durante el tiempo de estudio como en el momento previo a la realización del examen. El estudiante debe ser consciente de lo que le pasa. Concentrar la atención en la respiración y hacerla progresivamente más profunda y lenta ayuda a desconectar, calmarse e iniciar el estudio en condiciones óptimas. Al comenzar una prueba, el nerviosismo puede provocar que el estudiante sienta que se ha quedado en blanco, que no le surgen las ideas, pero es una sensación momentánea. A medida que analice el examen, irá organizando todos los conocimientos acumulados y estructurando las respuestas. Para ello hace falta pararse y respirar profundamente. Hacer un esquema del contenido que se va a desarrollar también ayuda

 

  • Como psicopedagogos, esperamos que estas técnicas, que también enseñan nuestros profesores particulares a domicilio, os ayuden a afrontar los exámenes de una manera más consciente y tranquila, y os permitan mejorar notas y aprobar próximos exámenes. Si consideran que pueden necesitar ayuda de uno de nuestros profesores particular a domicilio, en este enlace pueden ver algunos consejos sobre cómo elegir profesor particular a domicilio..

 

 

Fuente: www.enclase.es