La elección de las lecturas veraniegas para niños y adolescentes siempre es una cuestión peliaguda: ¿es preferible obligarlos a conocer los grandes clásicos de la literatura de cada país con el objetivo de que descubran de primera mano su cultura o, por el contrario, es mejor sugerir relatos amenos y disfrutables que los inicien en los hábitos de lectura? Hay buenas razones para defender tanto una cosa como la otra, aunque, por lo general, los libros recomendados para el verano suelen ser más ligeros y entretenidos que los obligatorios durante el curso.

 

Cada maestro tiene sus preferencias y, por eso, resulta imposible establecer un canon de libros que suelan formar parte de las lecturas de verano, aunque todos pensemos rápidamente en relatos de iniciación como La isla del tesoro deRobert Louis Stevenson o Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain. En un artículo publicado en The Huffington Post, diversos profesores españoles explicaban por qué novelas juveniles como Las ventajas de ser un marginado deStephen Chobsky o best sellers adictivos como El príncipe de la niebla de Carlos Ruiz Zafón también pueden ser buenas alternativas.

 

Echar un vistazo a las elecciones de los colegios privados más importantes de Estados Unidos, como ha hecho Business Insider, nos dice mucho acerca de las peculiares selecciones que los docentes realizan para aquellos que están llamados a ocupar algunos de los puestos más importantes del país. Junto a sugerencias previsibles se encuentran otras, cuando menos, curiosas, como se puede ver en la lista que recogemos a continuación.

 

Los alumnos de la escuela Hotchkiss de Lakevill (Connecticut) deben elegir tres libros, además de esta novela, ver Los juegos del hambre (considerada por no pocos como “propaganda del capitalismo consumista y competitivo”) y leer el poema A Work of Artifice de Marge Perry. La novela de O’ Brien, editada en nuestro país por Anagrama, fue publicada a comienzos de los años 90 y refleja la experiencia del autor durante la guerra de Vietnam.

 

En la lista de 11 volúmenes sugeridos por el College Preparatory School de Oakland (California) se encuentran títulos tan variopintos como Alicia en el país de las maravillas, de Lewis CarrollCrimen y castigo, de Fiodor DostoievskyEl marciano, de Andy Weir (que ha inspirado la última película de Ridley Scott) oEl color de la magia, del recientemente fallecido Terry Pratchett. TambiénTrampa 22, de Joseph Heller, un clásico de la ficción histórica satírica que cuenta los avatares de John Yossarian, un piloto que, a pesar de sus constantes intentos por escapar de la guerra, termina descubriendo que es imposible huir del sistema bélico.

 

En la lista de la Trinity School de Nueva York –en la que también figura Trampa 22– se encuentra esta recopilación de cuatro tragedias del célebre autor cordobés, además de la apócrifa Octavia. Entre ellas se hallan Edipo y Fedra, dos de las grandes obras sobre las turbulentas relaciones (por así decirlo) entre padres e hijos de la literatura universal.

 

 

¿Es casualidad que uno de los libros más leídos en Wall Street figure también en las recomendaciones realizadas por la Deerfield Academyde Massachusetts? Desde luego, pocos dudan de la vigencia de esta denuncia del control a través de internet y la optimista jerga new age de los gurús tecnológicos, que convierte la utopía digital de una sociedad hiperconectada en una pesadilla de rasgos totalitarios.

 

Cuando pensamos en recomendaciones literarias para los más jóvenes, generalmente pensamos en novela, y algo menos en poesía, historia o ensayo. No digamos ya en un voluminoso análisis sobre nuestros hábitos alimenticios, como es esta obra del periodista especializado en alimentación Michael Pollan, que explica en este libro editado en España por Cuadernos Mugaritz de Gastronomía de qué manera nuestros hábitos alimenticios están condicionados por el hecho de ser omnívoros y, por lo tanto, poder comer casi cualquier cosa a nuestro alcance.

 

En la Ransom Everglades School de Miami (Florida), esta es la única exigencia para sus estudiantes del último año de Secundaria. Publicada en 1977, es uno de los grandes éxitos de la autora de Ohio, y en él expone las contradicciones y tensiones raciales de los Estados Unidos de la época a través de la historia deLechero y Macon Muerto en los barrios negros de Michigan.

 

Quizá resulte un tanto chocante la presencia de este libro, y no El señor de los anillos o El hobbit entre las sugerencias de la Lakeside School de Seattle (Washington), que se completa con otros libros comoNunca me abandones, de Kazuo Ishiguro. Es el profesor Brian Reiser quien selecciona esta novela, “una historia de la rebelión de Féanor y su gemelo contra los dioses, su exilio de Valinor, el retorno a la Tierra Media y su guerra contra el gran enemigo”.

 

De entre todos los centros de la lista, probablemente el más original sea el Choate Rosemary Hall de Wallingford (Connecticut). No sólo por elegir como lectura obligatoria esta novela de ciencia ficción filosófica finalista del National Book Award, sino también por sugerir a sus alumnos la lectura de los Diarios deAndy Warhol o Why Sinatra Matters, un ensayo publicado el mismo año de la muerte del cantante de Hoboken en el que el periodista Pete Hamill examina su vigencia.

 

Un clásico internacional que deben leer obligatoriamente los alumnos de la Lawrenceville School de Nueva Jersey. Una buena y lógica elección, no sólo por la calidad literaria del clásico distópico, sino también por ser una de las mejores defensas de la lectura que jamás se han escrito. Algo muy apropiado si de lo que se trata es de promover los valores de la literatura entre los jóvenes.

 

 

Fuente: www.elconfidencial.com